Llamamos dependiente a la persona que necesita ayuda de otra persona, ya sea un familiar o un cuidador profesional, para poder realizar actividades de la vida diaria e incluso actividades básicas.
Cuando uno está a cargo de las tareas de una persona dependiente, las tareas pueden ser las siguientes:
Supervisión y asistencia en las actividades diarias: Actividades cotidianas que para la persona que es dependiente se vuelven difíciles e incluso imposible de hacer solo/a como asearse, vestirse, moverse, alimentarse, etc.
Atención relacionada con la salud de la persona: Administrarle a la persona la medicación correspondiente y ofrecerle cuidados médicos. Acompañamiento por el dia y/o por la noche.
Realizar las tareas de la casa: Mantener y ampliar la autonomía del dependiente. Es indispensable que el cuidador ayude al dependiente lo necesario ya que si ofrece ayuda de más, la persona puede sentir la sensación de haberse vuelto incapaz. La observación cumple un papel fundamental. Por tanto, es importante darse cuenta qué actividades es capaz de realizar con y sin ayuda.
Y , por último y no menos importante:
Acondicionar el hogar a la persona dependiente: Es importante acondicionar su hogar de manera que se garantice tanto su seguridad como su comodidad. Algunos de los cambios necesarios en el hogar son: acondicionar el baño con barras para sostenerse, poner suelo antideslizante, despejar los pasillos de objetos que obstaculicen el paso, añadir puntos de luz, etc.
Todo esto es muy difícil que lo pueda realizar una sóla persona, sin ayuda. Por eso resulta tan importante en el cuidado de una persona dependiente, buscar apoyos. En definitiva: ayuda, tanto dentro de la familia como ayuda externa, recurriendo a profesionales del cuidado.
Sabemos que sólo es muy difícil… ¡Déjanos ayudarte!